Se llama conversión a las acciones que puede realizar al cliente que están enfocadas con nuestros objetivos. Los ejemplos más claros son: Suscripción a un newsletter, una compra, el registro a un webinar, entre otras.
Generalmente se suele asociar solo a las ventas, pero como ya mencionamos, es mucho más que eso. Las personas usuarias suelen realizar varias conversiones, ya sea en un sitio web o tienda online o en otros medios digitales como ser blogs o correos electrónicos.
Obviamente cuando hablamos del mundo digital, una de las métricas más importantes es la tasa de conversión. Para calcularla se debe medir el número de visitas con el número de acciones realizadas por la persona usuaria.
Si el número que obtenemos es bajo deberíamos analizar en qué parte del proceso estamos fallando. Quizás sea un problema de comunicación o algo más técnico. Para poder hacer pruebas sobre contenido y sobre todo en asuntos de campañas de mailing, te sugerimos que hagas pruebas de A/B testing.
En una estrategia digital existen varios tipos de conversiones, aquí las más frecuentes:
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